Cómo reducir los costes ocultos de la empresa

La crisis económica obligó a las empresas a esforzarse por mantener la máxima competitividad y eficiencia, reduciendo y simplificando costes y procesos, algo que deben seguir haciéndolo ante un escenario económico todavía difícil. Por eso, es importante centrarse en los costes ocultos que, aunque menos obvios, pueden reportar un ahorro importante.

Un ejemplo de costes ocultos es el uso ineficiente de impresoras en la oficina, que cuesta a las pequeñas y medianas empresas de los principales países europeos 113 millones de euros al año, según datos de un estudio encargado por Epson a Coleman Parkes. Según dicho estudio, el 9% de lo que se imprime se desperdicia, ya sea porque se imprime y luego no se recoge o porque la impresión es incorrecta y hay que repetirla. Además, el 7% de los documentos que se imprimen tienen una esperanza de vida de menos de diez minutos antes de desecharse. Por tanto, hay bastante camino por recorrer, en temas de ahorro, en este tipo de áreas.

Para empezar, es importante que las empresas españolas hagan saber a sus empleados el coste de las impresiones desaprovechadas: tanto en términos de impacto medioambiental como en el balance de la empresa. Ello puede incluir la aplicación de políticas que fomenten la desactivación de las impresoras por la noche y promover la impresión a doble cara, factores que contribuyen a un importante ahorro de gastos que influirán positivamente en el balance final de la empresa.

Asimismo, es básico equiparse con periféricos sostenibles, como las impresoras WorkForce Pro, que no solo reducen los costes de impresión, sino que también pueden ayudar a la empresa a cumplir sus objetivos medioambientales.

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