Las impresoras 3D se popularizarán en los hogares en el año 2030
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El salón o el despacho serán los lugares donde se tendrá la impresora más polivalente, es decir, aquella que emplea resinas, polímeros o polvo de metales. Aún existen limitaciones relacionadas con el tiempo de impresión, el complejo mantenimiento de la máquina, así como la ausencia de un mercado real con productos fácilmente imprimibles por el gran público.
El uso de las impresoras 3D en el hogar dejará de ser ciencia ficción de aquí al 2030. Así lo destaca Gonzalo Robles socio fundador de la firma inmobiliaria Uxban, para quien la evolución y experimentación que se está produciendo en este campo permitirá que para dicha fecha las impresoras 3D sean los electrodomésticos que más facilitarán la existencia.
Y ¿cuál será el uso más generalizado de estas herramientas en el ámbito doméstico? Para Uxban no hay duda: la impresión de comida. “Las impresoras especializadas estarán ubicadas en la encimera de la cocina y tendrán un número variado de recipientes donde introducir los alimentos frescos triturados, desde verduras hasta carnes y pasta”, resalta este experto. “El funcionamiento será similar a las cafeteras actuales donde introduces cápsulas con la materia prima o precocinada y esperas a que se elabore el producto”.
Si bien en la actualidad el precio de estos aparatos aún es alto con la popularización de los mismos su precio pueda ser el mismo que el de un robot de cocina actual. “Por unos 1.000 euros podremos tener una impresora de comida y solucionar problemas de tiempo o de pensar qué cocinar y comer”, añade Robles.
Otra de las grandes utilidades de las impresoras 3D que Uxban ve en casa es la obtención casi inmediata de una prenda de vestir desde que se produce la compra de la misma. “Dicha máquina, ubicada en el vestidor o dormitorio principal tras los frentes de armario será más compleja y grande, ya que simultáneamente imprimirá el textil a la vez que hilvana y remata la prenda”, comenta Gonzalo Robles.
Por último, Uxban subraya que el salón o el despacho serán los lugares donde se tendrá la impresora más polivalente, es decir, aquella que emplea resinas, polímeros o polvo de metales. “De entre sus funciones, cabe destacar la fabricación de piezas de menaje, objetos decorativos de pequeña magnitud, herramientas de trabajo y juguetes para niños. En función del tamaño de la máquina podremos llegar a realizar piezas de mobiliario completas, por cuanto será posible que las mudanzas ya no requieran tanto esfuerzo, puesto que con tu casa vacía la impresora irá produciendo los principales muebles de la casa”, finaliza Robles.
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