Una impresora obsoleta es un lastre para tu negocio
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Mantener una impresora antígua implica un bajo rendimiento laboral, unos gastos elevados y pérdidas de tiempo frecuentes por problemas en el entorno de impresión, lo que impide conseguir un entorno de trabajo eficiente y optimizado. HP hace un repaso por las consecuencias que ello puede acarrear en una empresa.
El mantenimiento de impresoras obsoletas es algo que todavía hoy ocurre con demasiada frecuencia y que normalmente se sustenta en la creencia de que con ello es posible ahorrar, ya que se evita tener que comprar un producto nuevo. Sin embargo, comprar una impresora debe ser considerado como una inversión, ya estás adquiriendo una herramienta de trabajo de la que puede llegar a depender totalmente el buen funcionamiento de tu empresa, del departamento o grupo de trabajo que vaya a utilizarla. De la impresora dependen también otros gastos que debes soportar de forma continuada, así como la seguridad del entorno de impresión, la productividad y la eficiencia del mismo. HP explica las consecuencias que mantener impresoras obsoletas pueden llegar a suponer en una empresa:
Elevados costes de uso y de mantenimiento
Las impresoras antiguas suelen implicar un coste de propiedad muy elevado, ya que son caras de utilizar y de mantener. Esto se debe fundamentalmente a tres razones concretas: sus consumibles son difíciles de encontrar, tienen una baja capacidad de impresión y un precio cada vez más alto; consumen más energía para funcionar que otros modelos nuevos equivalentes; y necesitan más mantenimientos e intervenciones, algo importante ya que supone un gasto y también interrupciones del flujo de trabajo. Si miras estos tres elementos de forma conjunta te darás cuenta de que el simple hecho de utilizar impresoras obsoletas hace que tu empresa pierda dinero.
Carencia total o parcial de medidas de seguridad
Hoy por hoy las impresoras se han convertido en un elemento más de nuestra red de trabajo y se han integrado perfectamente para trabajar con otros dispositivos y equipos, pero también se han convertido en uno de los objetivos preferidos de los cibercriminales. Esto es porque existen multitud de impresoras obsoletas conectadas a la red en muchas empresas que carecen de unas medidas básicas de seguridad. Si esto ocurre las consecuencias pueden ser fatales y derivar en un robo de datos, de información confidencial o incluso en una infección masiva de todos los equipos de la red que los deje totalmente inutilizados. No hay que pensar mucho para darse cuenta de las pérdidas que esto puede acabar produciendo en tu empresa.
Falta de capacidad de trabajo y de soporte
Cuando mantienes una impresora obsoleta debes tener en cuenta que estás utilizando un dispositivo que probablemente ya no sea suficiente para cubrir las necesidades de tu empresa, departamento o grupo de trabajo. Por lo general, no podrás sacar adelante de forma fluida toda la carga de trabajo que tienes y tampoco afrontar nuevos retos o proyectos con garantías de éxito. Otro síntoma claro es la lentitud a la hora de realizar trabajos de impresión o la ausencia de funciones necesarias, como por ejemplo el fax o la impresión móvil.
Además, una impresora obsoleta no sólo lastra tu capacidad de trabajo, sino también tu capacidad de actualización. Así, si te decides a renovar ordenadores, pero tienes impresoras antiguas, no funcionarán correctamente con esos nuevos equipos.
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