Aplicando el precepto de economía circular al reciclaje de consumibles

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En agosto entró en vigor la normativa que obliga a reciclar consumibles tales como cartuchos de tóner y tinta de impresora. El objetivo de recogida en 2018 se fijó en el 55% del peso de los cartuchos introducidos en el mercado español en los tres años anteriores, porcentaje que irá creciendo.

Han pasado ya cinco meses de la entrada en vigor de la normativa que considera aparatos electrónicos a los consumibles ofimáticos y responsabiliza a fabricantes e importadores de la organización y financiación de su recogida y reciclaje. El objetivo de recogida para 2018 se fijó en el 55% de la media del peso de los cartuchos introducidos en el mercado español en los tres años anteriores, porcentaje que ascenderá al 65% en 2029 o el 85% de los residuos generados durante ese año. Se trata de un porcentaje bastante alto, si tenemos en cuenta que sólo en 2017 se comercializaron en España 16,9 millones de consumibles ofimáticos, de los cuales 12,8 millones corresponden a cartuchos de tinta y 4,1 millones a tóner.

Pues bien, para ayudar en la labor de reciclaje, Recyclia creó la iniciativa Tragatóner / Tragatinta, por la que ha puesto en marcha 544 puntos de recogida de estos materiales, previendo llegar a los 42.000 en toda España para el año 2020. Ya forman parte algunos de los principales fabricantes de equipos de impresión, entre ellos Brother, y los tres principales mayoristas del mercado TIC en España.

Así las cosas, Recyclia prevé recoger 1.230 toneladas de cartuchos tóner y tintas de impresora (unos 7,7 millones de unidades en el plazo de un año), lo que vendría a representar un 65% de los consumibles puestos en el mercado por sus empresas adheridas, dando así cumplimiento el objetivo marcado por la nueva legislación.

El proceso arranca con la recogida del residuo a través de una metodología de gestión online y cercana al usuario. De hecho, el 75% de los 544 puntos de recogida habilitados se encuentra en el canal de distribución, y el 25% restante en empresas y organismos públicos y privados.  Una vez culminada la fase de recogida, los residuos son trasladados a una planta de clasificación, permitiendo de esta forma devolver al fabricante los cartuchos aptos para su reutilización, conforme a sus criterios de fabricación y políticas medioambientales.

Los residuos no susceptibles de ser reutilizados, son trasladados a una planta de tratamiento en la que se separan sus componentes para gestionarlos de forma correcta y ponerlos en valor. Los plásticos son triturados y convertidos en nuevos productos. Respecto al polvo de tóner y tinta líquida, Recyclia ha puesto en marcha un área específica de I+D+i para encontrar utilidades a estas sustancias. En el caso del polvo de tóner, está evaluando su uso como componente del alquitrán para asfaltado de carreteras y, en el caso de la tinta, como tinte para pinturas. De esta forma, el sistema garantizará la valorización de prácticamente la totalidad de los materiales, siguiendo los preceptos de la economía circular.

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