Se espera que la impresión 3D registre un crecimiento acelerado

Al igual que muchas de las nuevas tecnologías, la impresión 3D, también conocida como fabricación aditiva, fue recibida con gran entusiasmo en sus inicios. En 2014, la industria registró ingresos superiores a los 1.800 millones de dólares, un aumento muy significativo desde los casi 1.000 millones registrados en 2009. Sin embargo, en 2015 y 2016 el crecimiento de los ingresos se ralentizó a tan sólo un 5% anual.

Ahora, en sus Predicciones TMT, Deloitte anticipa que las ventas relacionadas con la impresión 3D por parte de las grandes corporaciones, lo que incluye las impresoras 3D para empresas, así como los materiales y servicios, superarán los 2.700 millones de dólares en 2019 y los 3.000 millones en 2020. Este segmento de la industria está preparado para crecer a un ritmo aproximado del 12,5% en cada uno de esos años, lo que representa más del doble de su tasa de crecimiento de hace tan solo unos años.

Actualmente, las impresoras 3D se utilizan para algo más que el prototipado rápido. Son capaces de imprimir una gran variedad de materiales, cada vez más metales y menos plásticos; imprimen objetos más rápido que antes, y de mayor tamaño. Para utilizar la impresión 3D a escala industrial, las empresas tendrán que gestionar una serie de elementos complejos, conectados y basados en datos. Una de las claves para optimizar la capacidad de producción es el hilo único de datos que se extiende desde el diseño inicial hasta la pieza terminada, y que Deloitte denomina “el hilo digital para la fabricación aditiva” o DTAM.

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