Descubre cuándo cambiar de impresora y qué valorar al hacer el cambio

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Aunque en tiempos de incertidumbre como los actuales muchas empresas optan por alargar la vida de sus activos de TI, si estos empiezan a fallar o su funcionamiento no es óptimo es preciso renovarlos. En el caso de la impresora, hay que tener en cuenta varios aspectos para valorar si ha llegado el momento del cabio.

Una impresora profesional es una inversión importante y, como tal, antes de dar el paso de renovarla, hay que ver si es realmente necesario. Por un lado, hay que examinar la impresora y su funcionamiento, para ver su calidad de impresión es mala o presenta fallos, en caso de que todavía esté operativa. Por otro lado, si no satisface todas las necesidades del negocio, hay que ver qué funciones debe tener una nueva.

Cuando una impresora sufre una avería grave, deja de funcionar y no se puede reparar o el coste es muy elevado, es hora de cambiarla. Pero si sigue funcionando, hay que valorar si sigue funcionando de manera óptima, y eso se aprecia en la calidad de la impresión. Si las copias no son tan nítidas como al principio, y por ejemplo las letras tienen bordes algo irregulares, puede que la calidad de la impresión haya bajado. Lo mismo sucede cuando las copias no salen limpias, debido a que hay partes de la impresora con suciedad acumulada.

Otro aspecto clave es la velocidad de impresión. Puede ser que con el tiempo la velocidad puede hacerse reducido, o que, sencillamente, las necesidades de impresión más exigentes hacen que sea necesario renovar la impresora con un modelo más rápido. En todos estos casos es necesario cambiar la impresora.

Además de los supuestos que hemos mencionado, si se hace muy evidente que la impresora necesitaría una función extra, hay que valorar su cambio. Por ejemplo, si la impresora no es Wifi, la impresión desde un móvil o un ordenador que no esté conectado con ella a través de un cable será imposible. Lo mismo sucede si la impresora no es multifunción y se necesita escanear o hacer fotocopias.

A la hora de cambiarla, es preciso valorar si se necesitas una impresora a color o en blanco, y si conviene adquirir un modelo láser en vez de uno de chorro de tinta, lo que dependerá tanto de la calidad de impresión que se necesite como del volumen de impresión habitual. De ello dependerá que no tengas que cambiar de nuevo de equipo en un plazo breve de tiempo.

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