Cómo ser una empresa más sostenible a través de la impresión
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Según un estudio realizado por Brother, más del 70% de las empresas consideran que es su obligación comportarse de forma sostenible. En lo que respecta la impresión, para que un equipo de impresión sea sostenible de verdad es necesario tratarlo en su ciclo de vida al completo, desde que se adquiere hasta que es desechado, pasando por su uso.
Ser o no ser sostenibles es algo que las empresas se preguntan o deberían preguntarse hoy día. De hecho, de acuerdo con un estudio de Brother, la mayoría de las empresas cree que su éxito futuro dependerá de cómo gestione la sostenibilidad de sus operaciones (68%), por lo que están poniendo la Responsabilidad Social Corporativa en un lugar relevante de su estrategia comercial.
Las tecnologías de oficina son temas de sostenibilidad importantes para las empresas y muchas se las están tomando en serio. Un importante activo del equipamiento de la oficina, las impresoras y escáneres, así como sus consumibles y el material que utilizan (la tinta o tóner y el papel), son dispositivos que tienen mucho que decir, y que aportar, si se tratan de manera sostenible. Esto es algo que hay que hacer desde el mismo instante en que decidimos adquirir un equipo, o empezamos a comparar opciones para hacerlo, y no solo cuando empezamos a usarlo, como suele ser la norma. Como recalca Brother, no somos más sostenibles por imprimir menos, sino por imprimir mejor.
Para empezar, hay que elegir un fabricante que comparta nuestra visión de la sostenibilidad y que pueda garantizarnos tanto unas materias primas sostenibles, como unos procesos de producción respetuosos con el medio ambiente y con una huella de carbono que consideremos razonable, así como tener protocolos de desechado final de la máquina que eviten, en lo posible, la contaminación ambiental. Y que también aseguren que han diseñado el producto para que en la parte operativa de su vida útil sea lo más eficiente posible.
Es fundamental que durante el uso del equipo se tengan en cuenta que el gasto de tinta o tóner y electricidad, así como el de papel, sean equilibrados y lo más reducidos posibles. Los directivos están preocupados por el corto periodo de vida útil de sus dispositivos, que suele estar entre tres y cinco años, pero que las empresas coinciden en que debería, al menos, doblarse. Esto podría solucionarse con reparaciones o reemplazo de componentes o piezas que puedan, en un momento dado, estropearse, lo que alargaría su tiempo de uso además de evitar el desperdicio o reciclaje (a veces costosos) de los aparatos al completo. En este caso Brother señala que, o bien podemos plantearnos gastar más en la adquisición (con modelos más avanzados o robustos) si sabemos que no tendremos que cambiarlos en al menos una década, o bien podemos optar por un formato de renting donde el fabricante se encargue de las actualizaciones y/o reemplazos si son necesarios.
Finalmente, si hablamos de sostenibilidad, el reciclaje es clave. De acuerdo con la encuesta de Brother, aunque el 82% está de acuerdo en que es importante reciclar la impresora, solo el 43% lo hace. Y aunque el 84% cree que reciclar sus cartuchos gastados es importante, solo hay un 47% que lleva a cabo esta práctica. La razón puede estar en que los fabricantes tal vez no facilitan esos procesos todo lo que se debiera.
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El mercado empresarial está en plena transformación. Si quieres conocer cuáles son los dispositivos o servicios que más se adaptan a tus necesidades, puedes visitar la página web de Brother.