El pago por páginas impresas, la opción más rentable para tu negocio
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Quien tiene una empresa sabe que tener un control exhaustivo sobre los gastos es imprescindible para ser rentables, algo que no suele ocurrir con los gastos relativos a la impresión de documentos. Como señala Brother, contratar una modalidad de coste por página es sin duda una muy buena opción para abaratar los costes por impresión.
Muchas pequeñas empresas siguen comprando los consumibles para sus impresoras cuando estos se agotan, sin tener un control real sobre los costes que generan. Estos negocios desconocen que existen nuevas opciones más rentables, como el coste por copia.
Cuando un empresario subcontrata un servicio, el objetivo final es abaratar costes. Pero, el pago por uso no solo tiene como ventaja reducir costes, también permite tener un mayor control sobre el uso que se hace del servicio, lo que deriva en un empleo más responsable del mismo. Entre los servicios relacionados con la gestión de impresión, existe la opción de contratar una modalidad de coste por copia o coste por página; es decir, pagar solo por el número de copias que se realicen al mes. Contratando esta opción, la empresa se olvida de los costes de los consumibles y solo pagará por las páginas impresas.
Si una empresa sabe a ciencia cierta cuál es su volumen mensual de páginas impresas, tiene la opción de contratar un servicio con una cuota fija mínima. Este modelo permite al empresario controlar el gasto, ya que siempre pagará lo mismo (siempre y cuando no se exceda de las páginas contratadas). Cuando se contrata este modelo de coste por página de cuota fija también es importante saber que, si no se llega al mínimo de copias contratadas, la cuota se mantiene. De ahí que, para que este modelo funcione, es importante tener un volumen de impresión constante en el tiempo.
Si las necesidades de impresión de la empresa varían dependiendo del mes, la mejor opción será contratar una cuota variable, pagando solo por lo que se imprime. Esta es una opción mucho más flexible que la anterior: se acuerda un precio por cada página impresa y no existe un mínimo de páginas. El gasto final será el resultado del coste por página multiplicado por el número de copias.
Desde Brother aconsejan que, si tu negocio aún no tiene control sobre sus gastos y volumen de impresión, es mejor comenzar con un modelo de cuota variable, con el que no habrá que preocuparse de que el ritmo de impresión sea el adecuado. Además, si algo nos ha demostrado la pandemia de la Covid-19 es que las cosas pueden cambiar de un día para otro y, en ese sentido, la flexibilidad de una cuota variable puede convertirse en una gran aliada.
La duración de un contrato de impresión oscila entre los 3 y 5 años. Este es otro de los condicionantes que hay que tener en cuenta a la hora de elegir un modelo de cuota fija o variable.
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